lunes, 17 de octubre de 2011

Breve Biografía

El Venerable Padre Fray José León Torres, nace en Luyaba, Provincia de Córdoba, Argentina, el 19 de marzo de 1849. Recibe el Bautismo el 11 de junio del mismo año y la confirmación el 6 de agosto de 1860 a la edad de 11 años.Sus padres fueron Gregorio Torres y Margarita Rivero, humildes y honestos agricultores.
El ambiente de su familia era profundamente cristiano, tanto que también, dos hermanas del siervo de Dios abrazaron la vida religiosa.José León Torres viaja con su madre, Doña Margarita, a Córdoba; allí trabaja un breve tiempo en el comercio del Sr. Centeno.A la edad de 14 años, el joven Torres entra a la Orden de la Merced en el Convento Máximo de “San Lorenzo Mártir” de Córdoba.El 30 de octubre de 1867 recibe el hábito mercedario, comenzando canónicamente su año de noviciado. El 1º de noviembre de 1868 hace su primera profesión de votos simples y emite su profesión solemne el 8 de julio de 1872 de manos del Padre Lorenzo Morales, ordenándose sacerdote el 27 de abril de 1873.Al año siguiente es designado Maestro de Novicios y tres años después, a la edad de veintisiete años, es nombrado Vicario de la Provincia Mercedaria Argentina.


El 10 de mayo de 1887, al celebrar el 14º aniversario de su Primera Misa, el Espíritu Santo le inspira fundar el Instituto de Religiosas Mercedarias del Niño Jesús, hecho que se concreta el 1º de octubre de ese mismo año.
Es elegido Superior Provincial en seis períodos y además nombrado Vicario General de la Orden.En 1927, llegando a la edad de 78 años, es incluido en la terna en la que se debía escoger al nuevo Obispo de Córdoba resultando electo Monseñor Lafitte.
El 15 de diciembre de 1930, a la edad de 81 años, parte a la casa del Padre Eterno durante la celebración del Capítulo Provincial.
Es ahí cuando antes de morir se ve rodeado por todos los Superiores de la Provincia Mercedaria Argentina, quienes tuvieron la gracia de recibir su última paternal bendición y sus últimos consejos.Es sepultado en la Iglesia de las Hermanas Mercedarias del Niño Jesús en el Barrio de Alta Córdoba, de la Ciudad de Córdoba, Argentina.

El legado del Padre Torres
- Fue un hombre de Dios que vivió con sencillez, mansedumbre y bondadosa confianza en todos. 
- Tenía la autoridad del maestro porque aportaba a las decisiones el impulso de su ejemplo, la luz de su experiencia y el vigor de su palabra siempre elocuente, oportuna y cercana.
- La grandeza de su alma se dejó ver en la juventud de su espíritu y en la robustez soñadora de su inteligencia, con las que maduró grandes proyectos e ideales dinámicos. Los más grandes: la revitalización de la Orden Mercedaria en Argentina, la fundación de las Hermanas Mercedarias del Niño Jesús y la evangelización liberadora de la niñez y la juventud.
- Quienes caminaron junto a él, encontraron siempre en su palabra y su presencia al Padre, al Hermano y al Amigo.

Sus últimos años

En el 1927 el Padre José León Torres es presentado al Senado de la Nación en la terna para elección de Obispo en Córdoba, junto con el Pbro. Don Fermín E. Lafitte y Monseñor José Anselmo Luque.

El 12 de diciembre de 1927, es elegido por sexta vez Provincial y superando su profundo agotamiento físico, acepta este servicio como gesto de profunda obediencia a Dios y a sus hermanos. 
El 20 de noviembre de 1929 llega a Córdoba el Maestro General P. Fr. Juan del Carmelo Garrido.
El Padre José León Torres, debilitado cada vez más por su avanzada edad y su frágil estado de salud, presenta al Maestro General su renuncia como Superior  Provincial. 
Su pedido es rechazado, por considerar el enorme valor de su aporte a la Orden, en este momento histórico, pero ante la renovada insistencia del Padre Torres, es finalmente aceptada.Días antes de partir a la Casa del Padre, realiza su última visita a sus hijas de Alta Córdoba, acompañado por el Padre Toledo. Ora con ellas, les da los últimos consejos alentándolas a vivir la caridad redentora, les pide que amen profundamente a la Iglesia y a su querida Orden Mercedaria y finalmente les imparte la última bendición.
El 15 de diciembre de 1930 a los 81 años, rodeado de sus hermanos mercedarios,  que por aquel entonces celebran su Capítulo Provincial, entrega su espíritu al Señor en el mismo Convento Máximo de San Lorenzo Mártir, que le abre las puertas cuando llega  desde su amada Luyaba, siendo todavía un niño.
La Iglesia Argentina, a través de la Orden Mercedaria, es bendecida, con el paso fecundo del Padre José León Torres.
El testimonio religioso y sacerdotal comprometido con la Iglesia, inicia un camino de renovación y compromiso redentor, invitándonos a entregar la vida en amor y servicio.

Rasgos de su persona

En el Padre Torres reconocemos a un hombre de profundo silencio reflexivo, de una gran humildad cimentada en la prudencia, con una presencia recia, serena y afable en lo cotidiano.
Es un hombre capaz de compartir con sus hermanos o sus amigos, un mate que guarda el sabor de los yuyos de su tierra, propiciando así el encuentro, el diálogo y la amistad.
Es un hombre con un lenguaje simple, directo y preciso, de una gran simpatía y sencillez.
De acuerdo a la ocasión, se comunica con la chispa del pintoresco y característico humor serrano, tan necesario y oportuno a la hora de descomprimir situaciones difíciles y de fortalecer vínculos.
Tiene una admirable facilidad, para suscitar un buen nivel de diálogo, con los líderes religiosos, políticos y culturales de su tiempo.
Defiende ardientemente la verdad, discutiendo no solo, desde posiciones tomadas sino desde motivaciones profundas.
Es un verdadero conductor y líder espiritual, de una incansable capacidad organizativa, enriquecida con creatividad y audacia. “…Como animador de comunidades, conoce a todos, se preocupa de todos y aún de los menores detalles…”
De una particular sensibilidad para descubrir en el ser humano, cualidades imperceptibles o escondidas, para potenciarlas al servicio de la sociedad.
Es un religioso cabal, con una entrega sin límites, que a pesar de sus tareas de relevancia, huye de los honores y se niega a cualquier trato especial.
De una profunda sensibilidad pastoral, que descubre incluso en el ámbito urbano y en los escenarios públicos de Córdoba, posibilidades de evangelización.
Muchos encuentran en el Padre Torres a un verdadero amigo.
Es hábil para suscitar en la visita a sus hermanas de Alta Córdoba, en una mesa de domingo junto a sus hermanos o hasta en la visita a la casa de algún benefactor del Instituto, una palabra jocosa, un chiste respetuoso y oportuno, que ameniza el encuentro y ahonda los vínculos.

Hermanas Terceras Mercedarias del Niño Jesús

El 10 de mayo de 1887, celebra el 14 aniversario de su primera Misa. Su profundo amor a la Eucaristía, adquiere especial densidad cuando en el momento de la Consagración, el Espíritu Santo, le Inspira fundar un Instituto de Religiosas Mercedarias Argentinas.
Con la debida aprobación de las autoridades de la Orden y de la Iglesia Local, el 1º de octubre de 1887, se concreta la fundación del Instituto Hermanas Terceras Mercedarias del Niño Jesús, “…llevado únicamente de la gloria de Dios y del amor a mi Orden…”
Personalmente el Padre Torres, como Pastor y Director del Instituto, acompaña a las Hermanas en su organización y en la construcción de sólidos fundamentos para la vida Religiosa Mercedaria. Con el tiempo el Instituto crece, se afianza y logra extenderse a otras provincias y recientemente, a países latinoamericanos.
Envía a sus religiosas para hacer presente la Caridad Redentora, fundando Colegios que capaciten el saber integral de la persona, para la formación de los corazones jóvenes, quienes serán la garantía de una sociedad nueva, justa, solidaria, sensible a las necesidades del prójimo.
Acompañan a las familias, tienen especial cuidado en la promoción de la mujer, para “…que desarrollen sus aptitudes naturales en el aprendizaje de diversos trabajos a desempeñar, los cuales las pondrán en condiciones de asegurar los medios de su propia subsistencia…"
Organizan talleres, cuidando especialmente a los niños más necesitados; en hogares…

Desafíos de su época

A mediados del siglo XIX y principios del XX, Argentina vive una profunda crisis. El liberalismo avanza en corrientes con marcado corte anticlerical.
Las posiciones antagónicas condicionan las conciencias manipulándolas, desembocando en una gran persecución ideológica y religiosa.
La ideología liberal irrumpe despreciando abiertamente los ideales cristianos y otras creencias; manifestándose a través del “movimiento laicista”. Una nueva visión del mundo y de las relaciones humanas, articula su influencia, impulsando un materialismo descarnado, cuya meta es solo el “progreso económico”.
Lo acompaña un individualismo que arrasa las comunidades, desconociendo la dignidad y el valor propio de la persona, sus creencias y costumbres.
Crece desmesuradamente la pobreza, se multiplican los infanticidios, crece el número de niños abandonados, la avaricia y la ambición despreocupada que resiente los vínculos, ocultando escandalosamente la marginalidad creciente.
La Prensa oficial y liberal y los cenáculos intelectuales, no percibieron la caída en la vorágine, sino cuando ella ya era inevitable, en tanto que los católicos la venían anunciando desde años atrás.”
En Córdoba, se agudiza el choque entre el espíritu de cambio y el tradicionalismo; posicionándose con fuerza la masonería y el relajamiento de las costumbres.
El Padre José León Torres, no es indiferente ante la pérdida de la fe de sus hermanos. Sensible al dolor de su pueblo, responde con creatividad y audacia de redentor, involucrándose en ambientes intelectuales de Córdoba, donde se debaten el futuro de la enseñanza, la problemática de la niñez y la juventud.

Provincia Mercedaria Argentina

La Provincia Mercedaria Argentina, ha transitado los siglos sembrando en nuestra patria caminos de redención. Al promediar el siglo XIX, se agudiza una profunda y generalizada crisis.
En este contexto, el Padre José León Torres, promueve con tenacidad la reforma iniciada por el Padre Lorenzo Morales.
Con prudencia fomenta la vida espiritual, la observancia de las Constituciones y la disciplina conventual; organiza la pastoral vocacional y los estudios eclesiásticos; trabaja por el aumento de los religiosos de la Orden y por la recuperación de antiguos conventos y la apertura de nuevos. De esta manera, hace suyo decidida y gozosamente, el espíritu que anima la restauración de la vida religiosa, espiritual y fraterna entre los Mercedarios.
Continúa animando este movimiento renovador, que es abrazado por un reducido número de religiosos, siendo ellos protagonistas del florecimiento de la Provincia Mercedaria Argentina. Como proceso de esta restauración que trasciende nuestra patria, el Padre Maestro General, convoca al Padre Torres junto a otros frailes de la Orden, para participar en Roma de la revisión de las Constituciones.
La personalidad del Padre Torres es luminosa y a la vez extremadamente discreta; desde el compartir cotidiano estimula a sus hermanos a vivir de manera extraordinaria lo ordinario, poniendo en ello verdadera pasión, creatividad y audacia, empeño y a la vez abandono a la voluntad del Padre.
Al año siguiente de su ordenación sacerdotal es nombrado por sus superiores, maestro de novicios y con solo 27 años, es designado Vicario de la Provincia Mercedaria Argentina, servicio que desempeña repetidas veces, incluso en calidad de Superior Provincial hasta poco tiempo antes de su muerte.

El llamado mercedario

El llamado de Cristo resuena cada vez con más fuerza, por lo que ingresa al Convento Máximo de San Lorenzo Mártir de Córdoba, el 6 de agosto de 1863. Después de un breve tiempo regresa a su casa paterna, debido a una especie de alergia al vino, serio impedimento para la ordenación sacerdotal.
Pero el Señor sigue trabajando en su interior y muy pronto, la firme decisión de seguirlo, le ayuda a superar los obstáculos y regresar.
El 30 de octubre de 1867 viste el hábito mercedario, iniciando así su noviciado.En diciembre de 1867 y enero de 1868 se desata en Córdoba y sus alrededores el flagelo del cólera. Esta fatal epidemia azota la Provincia, mueren cerca de 7000 personas en solo dos meses.
La escuela perteneciente a los Mercedarios es declarada lazareto y el Noviciado se halla pared de por medio con dicha escuela.
Fray José León junto a sus hermanos novicios, ora incesantemente por los moribundos y también por las víctimas mortales, cuyos cadáveres pueden verse desde las ventanas del Convento.
E
mite su profesión de votos simples el 1º de noviembre de 1868; recibe su formación religiosa y sacerdotal. Realiza su profesión de votos solemnes el 14 de noviembre de 1871. Por haber profesado ante un superior cuyo nombramiento era nulo, ratifica con renovada convicción la profesión solemne el 11 de julio de 1872, ante el Padre Lorenzo Morales, Visitador General de la Orden.
El 27 de abril de 1873, en la Catedral de Córdoba es ordenado Sacerdote y el 10 de Mayo, celebra su primera Misa en la Basílica de la Merced.